En los últimos años, coincidiendo con el creciente interés en la microbiota y con su mejor conocimiento, se han empezado a definir mejor los distintos problemas que pueden surgir del desequilibrio de esta. Y una de las alteraciones que más atención está generando es lo que se denomina: Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado o SIBO.
¿EN QUÉ CONSISTE EL SIBO?
¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?
En nuestro cuerpo viven billones de bacterias. Habitan en nuestra piel, en la boca, vías respiratorias, genitales y prácticamente en todo el intestino. Dependiendo de la parte del cuerpo variará la cantidad y el tipo de bacterias.
Del mismo modo, si nos centramos en el aparato digestivo, la flora cambia mucho de un tramo a otro. Mientras que en la boca y en el colon o intestino grueso la flora es muy abundante y variada, en el resto (esófago, estómago e intestino delgado) la cantidad es mucho menor.
En ocasiones, ciertas bacterias que viven en el colon migran y colonizan zonas del intestino delgado en las que no deberían estar o por lo menos no de manera tan abundante. Esto hace que cuando llega la comida a esa zona sea fermentada por estas bacterias, produciendo gases. Estos gases distienden las asas generando dolor, sensación de hinchazón y, dependiendo del tipo de gas predominante, diarrea o estreñimiento.
Otros síntomas que pueden aparecer son náuseas, ardor o reflujo. Tanto por la compresión que producen los gases en el estómago como por alteración del funcionamiento del intestino en general.
Como ves, muchos síntomas coinciden con lo que se suele etiquetar de colon irritable. Se estima que hasta un 80% de casos de colon irritable tienen SIBO, por lo que nosotras siempre recomendamos descartarlo.
Hay otras manifestaciones que se relacionan este problema: cansancio crónico, ansiedad, problemas de concentración, etc.
Se pueden producir deficiencias nutricionales por problemas de absorción de algunos nutrientes, por ejemplo anemia por falta de hierro o B12.
Existen una serie de enfermedades que están asociadas con SIBO, ya sea porque este puede producirlas o, por el contrario, porque puede ser desencadenado por ellas. Aquí os dejo algunos ejemplos:
Acné, gastritis atrófica, autismo, enfermedad celiaca, diverticulitis, piedras en la vesícula, hígado graso, infección por Helicobacter pylori, hipotiroidismo, Colitis Ulcerosa, Enfermedad de Crohn, Fibromialgias, prostatitis…
La lista es más larga. Es una muestra de lo compleja que es la relación de la microbiota con nuestra salud.
¿QUÉ PUEDE CAUSAR EL SIBO?
Existen una serie de factores que predisponen a padecer este problema.
1. Problemas en la motilidad intestinal.
El intestino delgado produce una ondas que van “barriendo” las bacterias para que no se acumulen. Son generadas por el Complejo Motor Migratorio (CMM). Cuando estas ondas no se producen es más fácil que las bacterias crezcan en el intestino delgado.
Las gastroenteritis agudas son la principal causa de daño del CMM y de hecho son una de las principales causas de SIBO. Muchos pacientes que vienen a mi consulta refieren que sus problemas comenzaron tras una intoxicación alimenticia, o a raíz de un episodio de diarrea durante un viaje al extranjero. Pero no siempre se identifica esta causa.
Otros problemas que alteran la motilidad intestinal normal son: el hipotiroidismo, la diabetes, traumatismos craneoencefálicos o algunas enfermedades autoinmunes.
2. Alteraciones anatómicas
Si hay algún tipo de obstrucción al flujo normal del contenido intestinal, es fácil que las bacterias se acumulen. Por ejemplo, por cicatrices internas (bridas) tras una cirugía, en la endometriosis, por traumatismos o por disfunción de la válvula ileocecal (la puerta que une el intestino delgado con el grueso).
3. Malas digestiones
Cualquier problema en el normal funcionamiento de la compleja maquinaria de las digestiones puede generar cambios en el “ambiente” dentro del intestino y facilitar cualquier tipo de disbiosis, el SIBO entre ellas.
Los problemas que más veo en mi práctica clínica son: poco ácido en el estómago, problemas en la producción de la bilis o de la función de la vesícula biliar, poca producción enzimática en el páncreas o cualquier inflamación de la mucosa intestinal.
Cualquier problema en las defensas también puede ser un factor desencadenante.
4. Medicación
Mucha medicación altera la motilidad y los mecanismos de defensa del intestino.
Antiácidos, especialmente los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, lansoprazol, etc.)
Opiáceos y otros narcóticos.
Medicación antiespasmódica.
Antidepresivos tricíclicos.
Colestiramina.
Como ves, hay muchos factores que pueden favorecer la aparición de Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Sin embargo, en algunos casos no es posible identificar ninguno.
En cualquier caso, yo siempre trato de descartar cualquiera de estas posibles causas o factores predisponentes, porque si podemos corregirlo, el tratamiento es más eficaz y la probabilidad de recaída menor.
Si quieres saber cómo puedes saber si tienes SIBO y cómo se puede tratar, te hablaré de ello en el siguiente post.
Y si crees que puedes estar sufriendo este problema y quieres saber si te puedo ayudar, no dudes en solicitar una 1ª consulta online o presencial con alguna de las nutricionistas especializadas en microbiota que trabajan en nuestro equipo.
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